También sobrevolábamos el macizo
etíope. Por ello, varios de los lagos estaban situados a más de 1500 metros
sobre el nivel del mar. El primero, el Ziway o Dembal, estaba a 1846 metros
sobre el nivel del mar. En éste y otros lagos desembocaban o nacían varios
ríos. En la isla de Tullo Guddo estuvo preservada el Arca de la Alianza durante
70 años, en el siglo X, cuando se produjo la invasión devastadora de la reina
Judit. Después, regresó a Axum.
Los lagos eran un paraíso
ornitológico con especies como el pelícano garceta negro, el marabrú, el ibis,
las garzas o las cigüeñas, según la guía. O francolines, pelícanos blancos,
flamencos, águilas pescadoras, cormoranes, aves martillo, patos cercetas,
gansos egipcios, chorlitos o martines pescadores en la nómina de habitantes de
los lagos Abiyata y Shala, al oeste del lago Langano, que a su vez se
encontraba a 30 kilómetros al sur del Ziway. El Abiyata y el Shala estaban
separados por el monte Fike. Los lagos servían de refugio a las aves que
emigraban desde Europa.
También abundaban los mamíferos
en sus orillas o en sus entornos, como babuinos doguera, facóceros,
puercoespines o gacelas de Grant. Entre los peces, destacaba la tilapia, el pez
gato y las percas del Nilo, especies que también se encontraban en el lago Tana
o en el lago Victoria, separados por una gran distancia. Las percas habían sido
introducidas por los europeos.
El Rift también daba cobijo a lagos
salados, unos secos y otros aún vivos y cargados de agua.
Al suroeste del Shala localicé
en el mapa el pequeño lago Chitu y en sus inmediaciones la capital no oficial
de los rastafaris, Shashemene. Mucho más alejado de nuestra ruta, el Parque Nacional
de las Montañas de Bale.
En una de las ocasiones en que
pude contemplar la tierra me sorprendió que sobrevolábamos una zona de terreno
aluvial, muy erosionada, surcada por ríos y torrenteras, o eso me pareció.
Desde luego, el verdor estaba ausente. El paisaje cambiaba y lo hacía a
ambientes más secos. En el norte habíamos abandonado la época de lluvias y en
el sur reinaba la estación seca hasta octubre.
Antes de llegar a Arba Minch se
encontraba el lago Awassa (también había una ciudad con ese nombre), el más
pequeño de los lagos del Rift. Nos esperaban los lagos Abaya y Chamo, al norte
y al sur respectivamente, que sobrevolamos antes de aterrizar en hora.
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