Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

Imágenes y palabras de Etiopía 67. Una visión para impulsar la construcción.


 

El rey sufrió una visión que impulsó su obra. Me recordó a la que figura en el capítulo 21 del Apocalipsis de San Juan referido a la Jerusalén celestial y a la Jerusalén mesiánica:

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron, y el mar no existe ya y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: “Esta es la morada de Dios con los hombres. Pondrá su morada entre ellos y ellos serán su pueblo y él Dios-con-ellos, será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado” (versículos 1-4)… Me trasladó en espíritu a un monte grande y alto y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, y tenía la gloria de Dios. Su resplandor era como el de una piedra muy preciosa, como jaspe cristalino (versículos 10-11).



A mi regreso, al profundizar sobre la ciudad y sus construcciones comprobé que había varias referencias al Apocalipsis de San Juan, texto que leí varias veces y que siempre me había parecido extremadamente difícil de comprender.

Aquella primera tarde salimos a visitar el grupo noroeste, que simbolizaba el Jerusalén terrenal. El grupo sureste representaba el Jerusalén celestial.

0 comments:

Publicar un comentario