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Imágenes y palabras de Etiopía 34. La corupción de las adopciones II

 


El 16 de octubre de 2012, la Comisión Interautonómica de Directores Generales de Infancia había acordado, de forma provisional, no admitir nuevas solicitudes y tramitar exclusivamente las anteriores a esa fecha. Las razones eran contundentes:

-Falta de garantías sobre la adoptabilidad de los menores.

-Elevado número de expedientes remitidos hasta entonces a Etiopía y pendientes de asignación.

-Falta de fiabilidad sobre la información que se recibe sobre los menores. Detección posterior de información relevante omitida o inadecuada.

-Fragilidad del sistema de tramitación de adopciones con una intervención determinante en el mismo de los “orfanatos” etíopes y una participación del Ministerio etíope sólo en una fase final del proceso.



Posteriormente, en la reunión de la Comisión Técnica Interautonómica del 17 de marzo de 2016 se denunció el pago de donativos a centros de menores (de ahí las comillas que se utilizaban cada vez que aparecía la palabra orfanato), contrario a la legislación vigente. Al solicitar la Dirección General información a varios países europeos confirmó que éstos habían suspendido la tramitación de expedientes con Etiopía.

En abril de 2017, la Embajada de España en Addis Abeba recibió información de las autoridades etíopes sobre la decisión de interrumpir las adopciones ya que se habían recibido varias denuncias en la oficina del Primer Ministro sobre casos de corrupción, lo que motivó que diera orden de suspender esos trámites.



Cuando fui recabando información sobre este tema me encontré con la triste realidad de la existencia de cinco millones de huérfanos en el país. Las causas eran la guerra civil, la pobreza y la enfermedad (del artículo de Theresa Stephens en www.ehowenespanol.com, Cómo adoptar a un niño en Etiopía). La combinación de pobreza del país de origen con riqueza en el de destino era el caldo de cultivo para que floreciera esa corrupción galopante que denunciaba Rosa González en su artículo La “puja” por adoptar un niño en Etiopía (publicado en la sección de Sociedad de El Mundo el 19 de febrero de 2017).

La periodista informaba de la angustia de esas familias españolas que habían gastado una pequeña fortuna y muchos años de ilusiones y que se topaban con nuevas exigencias de dinero (casi 15.000 euros adicionales a lo ya pagado) y ninguna garantía. Aquello parecía un timo de internet. Algunos pensaban que quizá estaban fomentando el robo de niños. Para muchos, su deseo quedaba frustrado y sin alternativas viables ya que su edad les cerraba el acceso a nuevas peticiones. Su paternidad se esfumaba.

De poco sirven las convenciones, los tratados y las legislaciones cuando al otro lado una mafia quiere controlar un negocio.

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