Donato di Pascucccio, más
conocido como el Bramante, influyó en los arquitectos de la catedral
renacentista, que la construyeron sobre la catedral románica del siglo XII con
influencias del sur de Italia. Leonardo contribuyó en las técnicas de
cimentación. Esta nueva catedral fue iniciada en 1488 por orden del obispo
Ascanio María Sforza Visconti y se prolongó su construcción hasta bien entrado
el siglo XX. Sin embargo, se mantuvo el proyecto original.
Rodeamos la catedral buscando su
fachada principal, que daba a otra plaza animada por el mercado. Las galerías
de arcos blancos en la parte superior y en el medio animaban la fachada de
ladrillo rojo y tres amplias ventanas circulares. Comentaban que la catedral
aún necesitaba algunos retoques para considerarse terminada. En sus laterales
necesitaba algo de mantenimiento.
Bajamos hasta el río Ticino. En
la otra orilla, se desplegaban las casas del agradable burgo Ticino. Uniendo
ambas orillas, el Ponte Coperto (puente cubierto). No era el original del siglo
XIV ya que éste fue muy dañado por los bombardeos aliados y terminó de
derrumbarse en 1947. La reconstrucción fue absolutamente fiel. Avanza hasta el
centro y asómate a su capilla.
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