El poder de los Visconti se
consolida con Gian Galeazzo (en el poder desde 1385 hasta su muerte en 1402,
casado con Isabel de Valois, hija del rey de Francia Juan II) quien compró al
emperador Wenceslao el título de duque de Milán por cien mil florines de oro.
La compra de títulos fue una constante del siglo XIV en Italia.
Desgraciadamente, su hijo, Giovanni, fue un tirano y un inepto, perdió
territorios y terminó siendo asesinado. Le sucedió su hermano Filippo María,
quien reconstruyó los dominios de su padre. Con él se extinguía la rama
legítima de los Visconti. Su hija ilegítima Bianca María se casó con el condottiero Francesco Sforza quien, tras
una etapa especialmente confusa en la que llegó a proclamarse la República
Ambrosiana, entró en 1450 en la ciudad como libertador y se proclamó duque.
Gian Galeazzo fundó la Certosa o Cartuja de Pavía en 1396 como
mausoleo familiar. También inició las obras de la catedral de Milán.
La Cartuja impresionaba desde la
portería, una obra soberbia con sus hermosos frescos bien iluminados por la
claridad de la mañana. Desde ella, nos quedamos impactados por la fachada
principal de la iglesia que combinaba el mármol blanco con mármoles de colores.
Avanzamos por el patio hacia
ella. El muro de la derecha mostraba una edificación de dos plantas y un
almohadillado muy renacentista, digno de un palacio y exagerado para un
convento. En el de la izquierda, las columnas y los remates de las ventanas
estaban pintados como ilusiones arquitectónicas.
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