Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

Milán, Pavia y los lagos 31. Con el Navigli Pavese.

 


Fuente: Turismo de Lombardía

Milán era una ciudad que se había extendido en lugar de crecer en vertical. Ocupaba una llanura y hacia el sur, que era hacia donde nos dirigíamos, no encontraba ningún accidente geográfico que impidiera su expansión. Esos barrios, quizá antiguos pueblos o pedanías absorbidas, eran vitales, ajetreados, animados por los tranvías y por los lugareños que salían a hacer la compra o sus gestiones de fin de semana.

Desde que tomamos una carretera paralela al canal o navigli, que era como una gran acequia, las casas fueron disolviéndose y el campo empezó a tomar protagonismo. Pero nunca dejaba de haber almacenes, pequeños grupos de caserones rústicos o restaurantes que jalonaban un avance lento por los límites de velocidad y los semáforos. Quizá una buena opción para vivir en el campo a tiro de piedra de la ciudad.

El canal que seguíamos era sin duda el Navigli Pavese que unía Pavía con Milán para facilitar el transporte y el comercio. Databa del siglo XIV. Milán carecía de puerto de mar, que intentó adquirir por la fuerza a costa de Génova, y se proporcionó esta opción que aún perduraba aunque sin su uso antiguo. Las mercancías se transportaban en barcas tiradas por caballos.

Un desvió hacia la izquierda nos condujo hasta la Cartuja.

0 comments:

Publicar un comentario