Si no entras se sienten casi
insultados y si charlas con ellos te trabajarán el hígado convirtiéndote en su
hermano, te hablarán de la necesidad de tus compras para que su familia pueda
comer ese día. Van limpiando las piezas, te animan a decir un precio. Y si no
es escandalosamente bajo, lo que equivale a que ya ganan algo, van lanzando
ofertas. El regateo es necesario. El regateo es un ritual. Se sentirán
ofendidos si aceptas a la primera. Luego te das cuenta de que has ahorrado tan
solo unos pocos euros. Aunque tu ego se sube a la azotea. Los precios son muy
bajos.
La calidad de algunas piezas es
excelente: máscaras, animales, guerreros, amuletos, mujeres estilizadas,
imanes, formas varias.
Me doy cuenta de que me he
gastado todo lo que llevaba en el bolsillo y aún me atraen excelentes piezas. Voy
a la furgoneta, me abre Essa y saco mi reserva de dalasis que dejaré más que
tiesa. Estoy contento. Todos lo estamos con nuestras compras. Salimos todos con
bolsas.
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