Este es el municipio menos
poblado de la comarca. Quizá por ello solicitaron la instalación del ATC, el
cementerio nuclear. Era el candidato mejor situado. Los ecologistas juzgaron
que el lugar era inadecuado por ser zona sísmica, aunque de baja intensidad.
Las Cortes de Valencia se opusieron. Geólogos expertos y sismólogos discrepaban
de su peligrosidad. El presidente de Castilla-La Mancha también se opuso y
recibió la contundente contestación de la teniente alcalde de Zarra, Pilar
Villar, con un argumento incontestable: el riesgo que implicaba el ATC era
mucho menor que el de la central nuclear de Cofrentes, a pocos kilómetros de
distancia. Sin duda, el ATC revitalizaría la zona, que trata de abrirse paso
con el turismo.
Me acerco a la iglesia
parroquial de Santa Ana con su campanario exento. Recorro parte de la ruta del
arte con cuadros muy populares de la historia que adornan con lonas las
fachadas de las casas.
Entro en un bar para tomar un
refresco y compruebo lo mortecino del ambiente. Los parroquianos despellejan a
un vecino que regenta una casa rural. Quizás son envidias por haber hecho dinero
con su iniciativa.
Un mural de azulejo resalta una
de las riquezas de Zarra: las cerezas. Y no dejes de acudir a la fiesta de la
matanza.
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