El Valle de Ayora ocupa el
extremo sudoccidental de la provincia de Valencia y limita con Albacete. Abarca
algo más de mil kilómetros cuadrados (concretamente, 1.141,20 kilómetros
cuadrados) con una población cercana a los diez mil habitantes. El mayor
municipio, el de Ayora, su capital, acapara la mitad de la población. El menor
y más despoblado es Zarra, con trescientos setenta habitantes. Cofrentes tiene
algo más de mil y los demás municipios en torno a setecientos. Es pues una
comarca bastante despoblada, como ya había confirmado el día anterior.
Hay constancia de asentamientos
íberos, escasa presencia romana y una importante herencia árabe. A la caída del
Califato de Córdoba a principios del siglo XI, con las primeras taifas, se
fueron formando los núcleos de estos pueblos que pronto sufrieron invasiones y
luchas al conformar una zona estratégica y de frontera con una orografía que
facilitaba el enquistamiento de los conflictos.
Esas primeras taifas fueron
devoradas por los almorávides en la segunda mitad del siglo XI y posteriormente,
en el siglo XII, por los almohades. Tras la derrota de éstos en las Navas de
Tolosa, en 1212, se desintegraron los territorios y lucharon por esos despojos
las taifas de Valencia y Murcia. Esa debilidad fue aprovechada por Jaime I de
Aragón que las conquistó y cedió la comarca a la corona de Castilla por el
tratado de Almizra. El rey castellano pasó el dominio al señor de Villena, el
Infante Manuel de Castilla. El cambio de manos tuvo lugar por el tratado de
Campillo entre Alfonso X el Sabio y Pedro III de Aragón como compensación por
la ayuda prestada para pacificar una revuelta morisca. En 1305 se integró en el
Reino de Valencia. Hubo cambios de señores, de demarcaciones, de organización y
otras zarandajas que el lector puede confirmar donde más le plazca.
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