Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

Albania, el país de las águilas 87. El bazar, la mezquita, las calles.


 

Tomamos el bulevar San Jorge (Bulevaardi Shën Gjergji) que salía frente al templo y bajamos por esa vía peatonal. A nuestra derecha quedaba el Museo de la Educación. Fue la primera escuela en donde enseñaron albanés desde 1887. Hasta entonces, el régimen otomano había prohibido su enseñanza. Enfrente, el consulado griego.

Había leído que la ciudad recibió el apelativo de “París de Albania” por su ambiente cultural a comienzos del siglo XX. El Liceo Nacional de Albania fue durante mucho tiempo la institución educativa más prestigiosa del país. Resaltaba la cultura francesa y los valores europeos, algo lógico durante la etapa de la república autónoma bajo protectorado de Francia durante 1916 a 1920, tras la independencia y el dominio griego. En ella estudió Enver Hoxha.



La ciudad ganó relevancia en la Edad Media, cuando se convirtió en un importante centro comercial y administrativo. En el siglo XIII se instauró un obispado y pasó a denominarse Episkopi. Los otomanos la conquistaron en 1480.

Uno de los grandes atractivos de la ciudad era su bazar antiguo. La reforma de 2015 lo había sacado de la marginalidad en que había caído en décadas anteriores, pero lo había desnaturalizado. Había quedado reducido a la quinta parte de su tamaño tradicional y se había convertido en una sucesión de restaurantes y cafés con muy buen aspecto, aunque sin el encanto de los mercados donde la gente local acudía para hacer la compra. La plaza que antaño fuera el corazón de la ciudad se había convertido en un atractivo para turistas. Nos asomamos a una de las antiguas posadas, Han Elbasan, que había sido reconvertida en un coqueto hotel con encanto. Me gustaron sus galerías y el patio con un pozo.



El bazar tradicional había sido recolocado al oeste de la avenida o bulevar Fannoli. Allí era posible captar los aromas, los sonidos y la vida del pasado. No era decepcionante, pero esperabas otra cosa. Quizá por haberlo visto de noche nos resultó más encantador.

Callejeamos por el centro. Aún no había despertado totalmente y muchas de las tiendas estaban cerradas. Los camareros sacaban las mesas y las sillas de las terrazas.



Alcanzamos la mezquita de Iljaz Beg Mirahorit, de 1496, una de las más antiguas del país. Mirahorit, su promotor, participó muy activamente en la toma de Constantinopla en 1453. Resaltaba su minarete y la cúpula de plomo. Un panel daba unas explicaciones sobre su trascendencia, aunque estaba sólo en albanés. No pudimos verla por dentro.

0 comments:

Publicar un comentario