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Albania, el país de las águilas 12. Los Toptani y el castillo.


 

La calle me devolvió el ánimo. Estaba repleta de terrazas, en aquel momento bastante vacías, que cobrarían vida por la tarde y la noche. Me asomé al castillo (Kalaja e Tiranës) y comprobé que quedaba solo el recuerdo y un muro exterior. Sus orígenes se remontaban a la época de Justiniano (siglo VI). La familia Toptani lo había conquistado en 1798 y había mantenido una dura pugna con otra de las familias poderosas, los Bargjinis, con los que acabarían pactando. En 1832 los otomanos decidieron demolerlo.

Los Toptani habían aprovechado para convertirlo en un atractivo centro comercial y de ocio, lo que me recordó que no debía demorar la comida. La terraza de N’Conshy gastropub, me acogió. Ese local y los cercanos eran de gente bien de la zona y turistas, como yo. Tomé una estupenda cerveza (380 leks) y unos raviolis (620 leks). Caro, para lo que era el país (algo menos de 10 euros); barato para un madrileño como yo. Por cierto, mis pies lo agradecieron.

La familia Toptani me recordó mucho a la influyente familia Qyprilli de El palacio de los sueños. Según la guía, los otomanos les concedieron el título de bey, “gobernadores nombrados por Estambul para el control del territorio”. Procedían de Krujë, como Skanderbeg, y habían aprovechado su poder en los siglos XIX y XX para encabezar el movimiento de independencia y ponerse al frente del país.



En el libro, mencionan haber dado al Imperio varios visires, generales y otros personajes importantes, como los Toptani de la realidad. Aunque Mark-Alem, el protagonista, no es especialmente brillante, han conseguido que entre a trabajar en el Tahir Saray. La familia ha pasado por periodos de apogeo y desgracia, pero siempre se ha mantenido cerca del poder, algo que cuadraba perfectamente con los Toptani. Sadiya Toptani Khanum fue la madre del Rey Zog I, Abdi Toptani fue uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, junto a Murat. Los Qyprilli habían considerado que el Palacio había perdido importancia. Sin embargo, siempre mantuvieron en la institución a gente de su confianza para controlarlo o neutralizarlo.

El centro comercial frente al castillo, Toptani Shopping Center, estaba vinculado con ellos. Entré, di un breve paseo por su interior y me quedé sorprendido de lo moderno y bien montado que estaba. Tirana y Albania habían abandonado aquel pasado oscuro.

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