Sarong es una palabra que
tintinea en la garganta. Y lo hace con suavidad porque está escrita con seda.
La falda envuelve como un tubo las formas de la mujer y la rodea con arte que identifica una cultura.
Dicen que los espíritus guardianes dictaron la moda y su sabiduría se enlazaría al cuerpo de las mujeres en forma de tela. Tejer era un rito, tan sagrado como la oración. Con cariño, se cose la tradición de la etnia y el resultado es una vestimenta de princesas. La guerra estuvo a punto de eliminarla.
Los hermosos diseños geométricos se prolongan en el abrazo de otra pieza en torno al pecho y que se lanza hacia la espalda por el hombro izquierdo.
Las mujeres caminan con pasos lentos, algo cohibidas, siempre discretas y amables. La sonrisa es un eterno regalo en sus labios. Serán humildes, pero entregan lo más valioso.
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