Viaje a Alaska y Canadá 158. Hacia Seattle.

 

Se había hecho tarde y teníamos un hambre canina. Nada más cruzar la frontera buscamos un centro comercial donde comer. Nos sorprendió la cantidad de ellos, teniendo en cuenta que veníamos de un territorio en que había que llevar cuidado porque estaban separados por un centenar de kilómetros. La parada se saldó satisfactoriamente.

El paisaje de la carretera era bonito, aunque con el inconveniente de que el bosque que flanqueaba los lados de la misma era tan tupido que impedía ver lo que había detrás. Conducíamos de un parque estatal a otro, lo que garantizaba una naturaleza jugosa, casi virgen. En algunos momentos contemplamos el mar, un puerto, la desembocadura de un río. Hacia la izquierda, las montañas y, especialmente, la figura poderosa del monte Baker, aquel que observamos en el horizonte más lejano al empezar el crucero. La highway 5 ofrecía ese panorama.

La temperatura ambiental era de 29ºC. Una burrada para aquella zona y aquella época del verano, ya debilitado, donde la tónica general era la lluvia y los cielos grises, como pude comprobar 15 años atrás. Iba a tener razón un buen amigo que decía que si no te llovía en Seattle era que el cambio climático era una realidad. Los campos ofrecían un aspecto inusualmente seco, amarillo, cuando el estado de Washington es el evergreen, el siempre verde. Hasta el sol doraba el verdor de los árboles.

Terminó el bosque y se impuso una extensa pradera bien cultivada. La agricultura era un sector saneado en todo el estado de Washington. Otro dato llamativo era que los paneles de la carretera informaban de las diferentes reservas indias. Las diferentes tribus o pueblos que fueron los pobladores originarios del territorio parecían haber sido apartadas a esas reservas que habría que analizar con objetividad. Se habían respetado muchas denominaciones de topónimos, pero no creo que se hubiera respetado su forma de vida tradicional, tan imbricada con la tierra. Swinomish Tribe o Tulalip Indian Reservation eran algunos nombres que dejé reflejados en mis notas.