La lluvia nos sorprendió a la
salida de los lagos, hacia Calgary.
Chiniky Cultural Center hubiera
implicado un pequeño desvío en la carretera. Nuestro itinerario no nos lo
permitió pero hubiera sido interesante entrar en contacto con la cultura de
esta Nación Originaria que pertenecía a los Stoney Nakoda y se asentaba en el
territorio de Kananasakis, una zona de unos 4.000 km2 de una belleza
espectacular. Sin duda, deberes para una próxima visita.
Habíamos vuelto a las praderas,
un terreno predominantemente llano, con algún montículo. Y mucho verde. Grandes
extensiones para explotaciones agrícolas y ganaderas. Lo que llamaba la
atención era que tuvieran que traer todo de fuera, lo que nos daba la impresión
de que lo encarecía todo. Quizá ello sería la razón de esos inmensos camiones
en la carretera o de los larguísimos trenes. Las pacas de heno circulares
rompían la monotonía. Las vacas parecía que iban a su rollo.
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