Las cimas acastilladas sobresalían
por encima de la masa forestal puntiaguda. Uno de ellos era el pico Eisenhower,
como aparecía en un panel, aunque en 1976 le fue devuelto el nombre que le
asignara James Hector a mediados del siglo XIX. En compensación al héroe de
guerra y presidente de los Estados Unidos se le asignó Eisenhower Tower.
En las cercanías de esas
montañas hubo una mina, Silver Mine, en el siglo XIX y un campo de
internamiento para los enemigos del país durante la Primera Guerra Mundial,
especialmente, inmigrantes ucranianos. Sus trabajos forzados sirvieron para
construir diversas infraestructuras del Parque Nacional de Banff. Mal lugar
para ser confinado, especialmente al llegar el temible invierno.
En 2017, el Gobierno de Canadá
alcanzó un acuerdo con la nación Siksika tras un largo conflicto por sus
tierras ancestrales. Les compensaron con 123 millones de dólares y la
posibilidad de adquirir nuevas tierras donde instalarse.
Algo leí de que había una
estación de esquí por estos pagos.
El de la oficina de turismo de
Banff nos había insistido en visitar el lago Minnewanka, el lago de los espíritus
para los Pobladores Originarios de la zona. Sin embargo, los primeros europeos
que llegaron hasta aquí lo denominaron Devil Lake, el lago del Diablo, quizá
por sus constantes crecidas que causaban frecuentes estragos.
Me quedaron algunas dudas sobre
su formación, ya que en un lugar leí que era un lago glaciar, mientras que en
otros informaban de dos intervenciones en 1912 y 1941 que crearon la actual
presa con destino a controlar aquellas crecidas y aprovechar su valor para
generar energía eléctrica. En cualquier caso, era un lago largo, de unos 21
kilómetros y con una belleza espectacular. Por eso era muy popular entre los
veraneantes, que podían recorrer sus senderos o atravesarlo en canoa.
Cruzamos la presa, que me
pareció que era de tierra, y aparcamos para observarlo con calma, fotografiarlo
y disfrutarlo.
La prolongación de la carretera
nos acercó a Two Jack Lake, que prometía una excelente vista del monte Rundle. Formaba
un conjunto con Minnewanka y el lago Johnson, como una especie de ruta circular,
un bucle. Desde la carretera la vista era estupenda.
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