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Viaje a Alaska y Canadá 129. La nación Ktunaxa.


 

Como modernos exploradores pertrechados de todas las comodidades actuales nos adentramos por la carretera hacia Golden, donde esperaba nuestro hotel. En uno de los folletos que habíamos recopilados leímos un trabalenguas que animaba a visitar este pueblo: “No summer is complete without an epic road trip, and there’s no trip like the road to Golden”.

Nuestro viaje no adquiriría tintes épicos, aunque el trayecto por la Transcanada Highway era simplemente espectacular. Atravesaba Kicking Horse Canyon. La carretera original se construyó en la década de 1950. Se había desdoblado y continuamente era mejorada y reparada, como comprobamos en nuestro avance. Ya advertían que podía haber cortes y demoras, lo cual nos intranquilizó ya que habíamos apurado la tarde y en breve entraría la noche. Los trabajos continuaban ininterrumpidamente ya que era temporada alta y el tráfico era intenso para los cánones de la zona.

Nos adentramos en territorio de la nación ktunaxa o kootenai (también kootenay), el nombre que recibía también uno de los parques nacionales de lo que denominaban The Golden Triangle, una ruta circular que abarcaba Yoho, Columbia Wetlands (accesible por la carretera 95), el pueblo de Radium y los Radium Hot Springs, Kootenay y Banff. Visitarlo con cierta calma y profundidad hubiera requerido varios días. Si dispones de ellos no lo dudes.

Los ktunaxa poblaban una zona de unos 70.000 km2 entre la Columbia Británica, Idaho, Montana y Washignton. Estos tres estados pertenecían a Estados Unidos. Era una de las tres tribus confederadas salish y kootenai de la nación Flathead, en Montana.

Durante diez mil años los ktunaxa habían vivido en comunión con el medio. Se desplazaban por su territorio en busca de pastos y caza, instalaban sus tipis y obtenían del entorno todo lo que necesitaban. La llegada de los europeos en el siglo XIX les confinó en reservas.

En su web, www.ktunaxa.org, se recogía una hermosa leyenda de creación del mundo que se remontaba a los tiempos ancestrales, el denominado periodo del mundo animal. Un monstruo marino llamado Yawuqnik (el lector disculpará que mi transcripción de los nombres no sea la más exacta al carecer de algunos de los caracteres específicos de la lengua ktunaxa) había atacado y matado muchos animales, por lo que el resto se reunió en consejo y decidió que había que acabar con el asesino. Eligieron una partida de valientes animales para luchar contra él e iniciaron una persecución por el territorio. Cada vez que el invasor parecía acorralado se escapaba. Pero llegó el momento y Yawuqnik fue ajusticiado. Su cuerpo fue dividido entre los animales y los huesos fueron arrojados por el territorio. Aquellos fragmentos dieron lugar a los diferentes pueblos o naciones. Los animales ascendieron a los cielos y se convirtieron en los espíritus protectores que guiaron a los pueblos que permanecieron en la tierra.

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