Empezábamos a tener hambre así
que enfilamos hacia Lake Louise para una nueva compra en el pueblo. Había que
abastecerse bien porque los supermercados no abundaban en la zona. Además, los
precios subían conforme el lugar era más inaccesible, algo normal por el juego
de oferta y demanda. Los precios en Lake Louise nos parecieron elevados. Ya
habría tiempo para que fueran escandalosos.
Antes, nos desviamos a otro
mirador, Storm Mountain, que tomaba su nombre del especial efecto que el viento
provocaba al rodear la montaña, impulsar las nubes hacia las cumbres y provocar
tormentas de lluvia y nieve.
Entre dos de las montañas más
altas, y cubierto por la uniforme masa forestal, Vermillion Pass ofrecía un
paso en la cordillera para comunicar diversos ámbitos, tanto para los hombres
como para los animales, muy abundantes y agazapados en aquella extensión de
verdor.
A nuestros pies discurría el río
Bow, que cambiaba de dirección en un amplio meandro. Las aguas eran lechosas,
imperiales. En ese momento pasó un kilométrico tren de la Canadian Pacific.
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