Me debatía entre esa atracción y
la de regresar a la comodidad de mi hogar con un clima más benigno, aunque,
desde luego, sin punto de comparación con su oferta de belleza. Hasta la fecha,
no he recibido oferta alguna para trasladarme a Alaska. Todo se andará.
Empezó a llover con cierta
intensidad y la cubierta se fue despoblando. Allí me quedé intentando atrapar
imágenes en blanco y negro, las nubes simulando mantos vaporosos sobre las
montañas escalonadas. Iba cambiando de sitio, buscando las masas forestales,
las islas solitarias, los reflejos metálicos. El barco inició sus maniobras, se
separó del muelle, enfiló hacia su destino y fue engullido por los canales y
las islas. Nuestro barco era el último en partir.
El color del mar era enharinado,
denso, entre azul y verde jaspeado por el blanco de la espuma de las olas. Todo
lo acompañaban nubes densas, bajas, acariciantes. Las montañas parecían
cubiertas por pieles de animales mitológicos y desconocidos que las abrigaban,
Las cumbres estaban despejadas de nieve, salvo algún parchecito testimonial.
Surgió algún yate, un barco que me resultó diminuto.
Un faro asomaba sobre los
árboles.
Esas imágenes se reprodujeron a
lo largo de nuestro recorrido.
Me bajé al camarote y, como si
le hiciera el relevo a Jesús, éste se fue al gimnasio mientras yo escribía un
rato y descansaba un poco tumbado en la cama. Me sentía denso, impropio de
aquella hora de la tarde. Nuevamente el jet lag se prolongaba en exceso.
Cuando volví a salir me encontré
con la sorpresa del balanceo muy perceptible del barco. El mar estaba bastante
picado y cargaba con fuerza sobre los costados del crucero. En los pasillos topabas
alternativamente contra las paredes y avanzabas dando tumbos, como si
estuvieras borracho. Las posibilidades de marearse eran enormes y más de un
pasajero tuvo una noche toledana. Me pareció increíble que el cuerpo de baile
del espectáculo no se descalabrara al ejecutar alguno de los números más
arriesgados. Quizá estaban acostumbrados. Por cierto, el espectáculo era un
tributo a los musicales de Broadway.
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