Lo que contemplamos era producto
de la reconstrucción de la ciudad a consecuencia de un incendio ocurrido a
finales del siglo XIX, algo bastante habitual ya que las construcciones eran de
madera. En Vancouver había ocurrido lo mismo, al igual que en Seattle, que
visitamos días después. Las autoridades obligaron a construir en piedra y ladrillo.
Esas fachadas recordaban en muchos casos las de los pioneros del Oeste
americano.
Pasamos la entrada de Bastion Square,
donde cantaba un músico con entusiasmo, nos desviamos hacia la izquierda, asomó
Inner Harbour y nos metimos por un callejón que aún mantenía el adoquinado
antiguo, que era una fosilización de madera. Como era incómodo para personas y
caballos se fue sustituyendo. Lo curioso es que en aquel callejón se perpetró
un asesinato que seguía el patrón de los ejecutados por Jack el Destripador. Según
Kim, un asesino en serie solo cesaba en sus crímenes cuando le detenían o moría.
Si no había sido capturado en Londres, quizá se trasladó a Victoria para seguir
con sus crueldades y prolongar su turné por otros lugares del Imperio Británico,
al que tendría acceso con su pasaporte. Decían que quien se acercaba al lugar a
las dos de la mañana se encontraba con su fantasma. Para completar el lado
morboso de la ciudad nos llevó también a donde estuvo la cárcel y donde se
ejecutaban las penas capitales.
Market Square fue el lugar donde
se comerciaba con ganado por la mañana y con otro tipo de carne por las noches.
Fue el centro de prostitución en aquellos años de pujanza económica, a
principios del siglo XX. Ahora se había reconvertido en una animada plaza con puestos
y tiendas, restaurantes y gente tranquila.
0 comments:
Publicar un comentario