El barrio contiguo era Gastown,
el germen originario de Vancouver. Debía su nombre a Gassy Jack, Jack el
Charlatán, el apodo de John Deighton. Llegó al lugar en septiembre de 1867,
cuando había poco más que el aserradero Hasting Mills. Le acompañaban su mujer india
y su suegra; y, lo más importante, una cuba de whisky que supieron apreciar los
trabajadores, que incluso llegaron a construir una taberna en donde poder beber
y olvidarse de sus penas. Por aquel entonces, las compañías prohibían la venta
de alcohol en sus propiedades. En torno a aquella taberna creció un pequeño
núcleo al que bautizaron como Granville, pero todos prefirieron seguir usando
el tradicional de Gassy’s Town. Nos acercamos hasta la estatua que homenajeaba
a este peculiar “fundador”.
El 13 de junio de 1886 se
declaró un incendio y aquellas primeras construcciones de madera fueron
devoradas por las llamas. Lo que contemplábamos era la reconstrucción posterior
en ladrillo y piedra. Aquellos almacenes victorianos se habían reconvertido en
tiendas, galerías de arte, restaurantes y otros elementos más orientados al
ocio y al turismo. El resultado era agradable, con cierto glamour. La cultura se
filtraba por las calles.
El centro del barrio era Maple
Tree Square, una plaza de forma irregular y un especial brillo para el
visitante. En uno de sus lados se alzaba un edificio alto y estrecho en forma
de plancha, similar al Flatiron de Nueva York. El verano animaba a salir a la
calle y conquistaba al visitante.
Como Chinatown, el barrio entró
en decadencia en la década de 1930 y estuvo a punto de ser derribado. La
iniciativa de un colectivo lo salvó de la piqueta y, posteriormente, se
afanaron en que fuera un escaparate del pasado, del origen de la ciudad y un
polo de diversión para locales y foráneos.
Las calles Powell y Water
conformaban el eje principal. Nos entretuvimos en sus tiendas, en asomarnos a
los locales, en hacernos fotos con las fachadas. Caminamos hasta el reloj de
vapor que cada cuarto de hora emitía su soplido. Era reciente, de 1977, lo que
no le privaba del cariño de todo el mundo que quería hacerse una foto con
aquella versión del Big Ben.
0 comments:
Publicar un comentario