Puede que en Lagos se iniciara
la grandeza de Portugal. También, su decadencia.
En 1415 partió de su puerto la
poderosa flota que conquistó Ceuta, la llave de África, el primer paso para
abrir la exploración de la costa atlántica y así circunnavegar el continente.
Con la victoria, empezaron a construir en sus astilleros las carabelas que se
deslizaron por aquel océano desconocido y traicionero que se cobró muchas
víctimas, muchas ilusiones.
A Lagos llegaron los primeros
botines de oro, marfil y esclavos. La riqueza que compensaba tantos esfuerzos, tanta
valentía, tanto espíritu intrépido, tantos sacrificios.
Pero también desde aquí partió
la armada del malogrado rey don Sebastián que buscó la gloria y encontró el
fracaso.
Don Sebastián (1554-1578) fue un
niño frágil que tuvo una infancia difícil. Su padre, el infante Juan Manuel,
murió antes de que él naciera. Sucedió a su abuelo Juan III cuando contaba tan
solo 3 años. Creció entre las disputas de la corte. Su madre, Juana de Austria,
abandonó Lisboa y regresó a Castilla al poco de nacer él. Se educó bajo la
influencia de los jesuitas. No tuvo interés por las mujeres ni por el
matrimonio. Henry Kamen mantiene su homosexualidad.
Quizá la consanguinidad estuvo
tras su carácter místico y melancólico. Quizá también de la idea de convertirse
en el abanderado de una cruzada contra los turcos, que avanzaban
inexorablemente por el norte de África. Su abuelo se había visto obligado a
retirar sus ejércitos de las fortalezas que controlaban en Marruecos. En 1571,
su tío Felipe II había derrotado a los otomanos en la batalla de Lepanto y
obtenido cierto equilibrio en el Mediterráneo.
Locura y grandeza: buscaba una
gran victoria que le encumbrara a lo más alto de la historia y para ello había
que romper con la cordura que predestinaba a la grandeza, como escribió Pessoa
en Mensaje:
Loco, sí, loco, por
querer grandeza
que la Suerte nos da.
No cupo en mi certeza,
y por eso en el arenal
quedó el ser que fui, no
el actual.
Mi locura, que otros la
tomen
con lo que en ella había.
Sin la locura ¿qué es el
hombre
sino bestia robusta,
cadáver aplazado que
procrea?
0 comments:
Publicar un comentario