San Vicente mártir nació en
Huesca en el siglo III. Sufrió persecución y fue capturado en 303 en compañía
de Valero. Fueron trasladados a Valencia, donde fueron torturados y ejecutados.
Se dice que su verdugo se convirtió antes de causarle la muerte.
Tras la invasión musulmana, el
cuerpo del santo fue trasladado al Algarve, concretamente al cabo de San
Vicente, que se divisaba desde Sagres y que fue nuestro siguiente destino. En
1173 cambió su destino a Lisboa, como nos informa Camoens en Los Luisiadas:
... Y después que del mártir San Vicente
el santísimo cuerpo alegre, ufano,
del sacro promontorio adonde estaba
a la ciudad de Ulises le pasaba.
Uno de sus brazos se conservaba
en la catedral de Valencia y el otro en Braga. El destino del santo se dividía
entre los dos países.
El atractivo del cabo de San
Vicente era su posición como el punto más sudoeste de Europa. Era otro
Finisterre. Un diploma certificaba ese honor a los visitantes.
La línea de costa mantenía la
dureza y la hermosura. Inmensos bloques de piedra alargaban la mano para atajar
el mar, que podría enfurecerse en cualquier momento. Las instalaciones
militares habían sido arrasadas por los mismos factores que Sagres (Drake y el
maremoto) y solo se conservaba el faro que hacía funciones turísticas. El
paisaje era su mayor atractivo. Con permiso de la historia.
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