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Descubriendo Portugal 167. Entre la guerra y un santo.

 


San Vicente mártir nació en Huesca en el siglo III. Sufrió persecución y fue capturado en 303 en compañía de Valero. Fueron trasladados a Valencia, donde fueron torturados y ejecutados. Se dice que su verdugo se convirtió antes de causarle la muerte.

Tras la invasión musulmana, el cuerpo del santo fue trasladado al Algarve, concretamente al cabo de San Vicente, que se divisaba desde Sagres y que fue nuestro siguiente destino. En 1173 cambió su destino a Lisboa, como nos informa Camoens en Los Luisiadas:

... Y después que del mártir San Vicente

el santísimo cuerpo alegre, ufano,

del sacro promontorio adonde estaba

a la ciudad de Ulises le pasaba.

 

Uno de sus brazos se conservaba en la catedral de Valencia y el otro en Braga. El destino del santo se dividía entre los dos países.

El atractivo del cabo de San Vicente era su posición como el punto más sudoeste de Europa. Era otro Finisterre. Un diploma certificaba ese honor a los visitantes.

La línea de costa mantenía la dureza y la hermosura. Inmensos bloques de piedra alargaban la mano para atajar el mar, que podría enfurecerse en cualquier momento. Las instalaciones militares habían sido arrasadas por los mismos factores que Sagres (Drake y el maremoto) y solo se conservaba el faro que hacía funciones turísticas. El paisaje era su mayor atractivo. Con permiso de la historia.

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