Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

Descubriendo Portugal 103. El barrio Alto.


 

El barrio Alto lo he visitado varias veces, incluso con Jose en aquella ocasión que viajábamos con mi sobrino Carlos. Siempre lo he visitado por la tarde o por la noche.

Mi local favorito es la cervecería Trinidade, con todo el sabor de la tradición en sus salones cubiertos de azulejos. Es un lugar siempre animado. Reza para obtener una mesa. No estábamos lejos pero no era la hora más propicia. Tampoco para los numerosos locales de fado que deleitaban a cualquiera que supiera sentir esa música tan emblemática del país y que nos muestra el espíritu de sus gentes poblado de saudade.



Algo más arriba estaba la iglesia de San Roque, de los jesuitas. En aquella extensa visita de 1998 recalé en ella. Estaba muy cansado, con lo que me senté en un banco para disfrutarla en silencio. El templo estaba en penumbra. Cerré los ojos, recé mis oraciones y me quedé dormido. Cualquiera que me viera creería que estaba en meditación o en éxtasis. Solo cuando me despertaba, porque la cabeza no se sujetaba, podía deducirse mi verdadero estado.

La iglesia era de finales del siglo XVI, obra de Filipe Terzi. Era impresionante su techo de madera, sus azulejos, los sepulcros, el museo. Y, sin duda, la capilla de San Juan Bautista, ejecutada en Roma y montada posteriormente en la iglesia, en 1749. Costó 225.000 libras de oro al rey Juan V, una fortuna. Nuevamente fue la riqueza procedente de Brasil la que financió esta joya barroca.

Junto a la iglesia estaba el funicular de Gloria-San Pedro de Alcántara, tradición de transporte urbano en estado puro. Salvaba el considerable desnivel desde largo do Oliveirinha. Un poco más allá estaba el convento de San Pedro de Alcántara. Toda la zona ofrecía excelentes vistas y los jardines de San Pedro.



Para los que sean amigos de la Masonería, encontrarán en el barrio el Museu Masónico (Gremio Lusitano).

Como en otros barrios, lo mejor era perderse por sus calles, impregnarse del ambiente, observar las casas más hermosas y las más modestas, las librerías antiguas, los rótulos en azulejo de las empresas, quizá algunas o muchas desaparecidas, el paseo de los enamorados por la noche, la gente que disfrutaba apreciando la amistad ajena.

0 comments:

Publicar un comentario