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Descubriendo Portugal 66. Don Dinis y la Orden de Cristo.


 

En el ámbito legislativo, y como nuestro rey castellano, algo anterior en el tiempo, dejó un corpus civil y penal que sustentaría el derecho del país durante mucho tiempo, algo necesario para reorganizar el campo, explotar las minas o fundar la marina portuguesa, tan importante tiempo después para crear su imperio. Portugal se convertiría en el primer estado nacional moderno mucho tiempo antes que Francia, Inglaterra o España.

El poema de Pessoa destaca esos aspectos como “el plantador de naves por llegar”. Impulsó la plantación de pinos para la protección de la agricultura y aquellos pinares se convertirían en el siglo XV en las naves que surcaron el Atlántico y el Índico y fueron responsables de los descubrimientos.

Los musulmanes de Santarém amenazaban el condado Portucalense a principios del siglo XII. El Conde don Enrique promovió la repoblación de estas tierras de frontera y para garantizar su seguridad, su esposa doña Teresa donó a los Templarios el castillo de Soure. Afonso Henríquez confirmó la donación. De esa forma, los Templarios se lanzaron a la construcción de varios castillos defensivos: Ega, Pombal, Redinha, Ceras, Dornes, Zêzere, Almourol y Tomar.

Mientras nos acercábamos a Tomar, nuestro siguiente destino, recordamos que don Dinís fue el creador de la Orden de Cristo, en 1319, como continuadora de la orden del Temple, disuelta por el Papa en 1314. No solo pasaron a ella sus inmensas posesiones: también el valioso caudal humano. Para mantener controlada la orden, el rey nombraría al Gran Maestre. Uno de los más ilustres fue Enrique el Navegante. En las velas de las carabelas lanzadas a descubrir nuevas rutas imperaba la cruz de la Orden de Cristo, que popularizaron en todo el orbe.

Inicialmente, y para cumplir con su misión de lucha contra el islam, se instaló su sede en el Algarve, en Castro Marim. Desde 1357, regresaron a Tomar. Porque en Tomar estuvo la de los Templarios.

Tocaba adentrarnos en el lugar donde se fraguaron tantos y tan importantes hechos para el reino de Portugal: el convento de Cristo.

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