Designed by VeeThemes.com | Rediseñando x Gestquest

Descubriendo Portugal 6. Primera noche en Braga.

 


En las primeras calles no había nadie. Temimos que la ciudad estuviera matada. Las hordas de paseantes que habíamos visto mientras buscábamos sin rumbo el hotel se habían desvanecido. Nos dejamos llevar por la presencia de las fachadas: que fueran ellas las que decidieran.

La ciudad nos gustó inmediatamente. Era ordenada, de calles rectas repletas de flores, iglesias barrocas y palacios de fachada blanca con ribetes de granito. Los bulevares estaban tranquilos.

La zona de terrazas estaba animada. Abundaban los españoles. Caminamos hasta los cruceiros.



Cenamos en Donna Sé y nos decepcionó un poco. Jose pidió una francesinha que tardó mucho en llegar. Mi bacalhao a bras había salido antes y estaba frío. Lo devolvimos. Cuando lo volvieron a sacar estaba recalentado y más duro que los pies de Cristo. Nueva devolución y espera. A la tercera fue la vencida. Estaba aceptable. Mientras, charlamos de literatura e historia, de Saramago, de Pessoa, de El guardián en el centeno, del Ulises, de Joyce.

Nos quedamos fríos. La temperatura había bajado considerablemente. Entramos en calor dando un paseo por la ciudad iluminada. En el hotel notamos todo el cansancio de la jornada.

0 comments:

Publicar un comentario