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Descubriendo Portugal 10. De la catedral a los jardines de Santa Bárbara.


 

La rua Dom Paio Mendes terminaba en la fachada occidental de la catedral, la Sé. Era un tramo peatonal y algo más ancho, en cuesta. Estaba lleno de sillas, mesas y sombrillas apiladas, lo que significaba que era zona de buenas terrazas. En una de las casas, unas extrañas estatuas se asomaban al balcón. No nos entretuvimos mucho ante esa fachada y el guía nos condujo por el costado sur hasta una representación de la ciudad en la Edad Media. Formaba un óvalo irregular con la catedral en el centro. Allí estaban también representados los escudos de las diferentes ciudades que formaban parte del arzobispado. Y un friso con los principales edificios y eventos ocurridos en la ciudad. Rodeamos la Sé por el ábside hasta largo do Paço. En esa plaza se alzaba el edificio de la antigua Universidad y que era actualmente el Rectorado. También estuvo aquí la sede de la extinta República Bracarense de 1790 que fue suprimida por María I.



Unas puertas verdes cerradas, en la plaza, podían pasar desapercibidas. Al asomarse por el cristal contemplabas una representación de una de las etapas del vía crucis. Permanecían cerradas hasta el momento de la Semana Santa, que se vivía con especial devoción.

Desembocamos en los hermosos jardines de Santa Bárbara. La plaza de los jardines estaba repleta de flores de todas las clases y colores que vibraban con el sol estival. El trabajo de jardinería era primoroso y obligaba a apreciarlo con tranquilidad.



El edificio que le servía de telón de fondo, de aspecto medieval y acastillado, era el Palacio Episcopal erigido en el siglo XIV y reformado en los siglos XVII y XVIII. Lo ocupaban dependencias universitarias y la biblioteca municipal. Su interior sufrió un incendio en el siglo XX. A pesar de ello, aconsejaban visitar su interior, la escalera principal con azulejos y la sala de ordenadores con su techo dorado. Las arquerías exentas le daban un aspecto romántico.

El mural que representaba un rostro en una fachada lateral correspondía a Eça de Queiroz, uno de los grandes escritores del realismo portugués del siglo XIX. No sería la última vez que apareciera este insigne escritor en nuestro itinerario.


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