Un valle a la sombra de los dioses 27 (Nepal 2011). La stupa de Buddhanath.

 

La primera visita de la mañana fue a la Stupa de Bouddhanath. Junto con Swayambudnath confirguraban las dos grandes stupas del valle de Kathmandú y de Nepal.

La stupa fue el elemento principal de culto del budismo primitivo hasta que se decidió aceptar la representación de Buda. Se concibía como símbolo cósmico conmemorativo del paranirvana de Buda. Se concibió como un monumento funerario de peregrinación.

 Su diámetro excedía los 100 metros. Se decía que acogía las cenizas de Kasyapa, un buda de una edad anterior. Su nombre tibetano era Jyarung Khasyor. También se le conocía como Khasti Chaitya, Khasa Chaitya o Khasau Chaitya. Era la sede del Centro Budista Mahayana (la tendencia que se denomina Gran Vehículo) para la Cultura y la Educación y un lugar especialmente sagrado para los tibetanos, que se acercaban hasta aquí en peregrinaje. Cuando se produjo la invasión de Tíbet por China, en 1959, unos cien mil tibetanos se exiliaron a Nepal. Algunos optaron por quedarse en las casas cercanas a la stupa.

Sobre la cúpula, los ojos que todo lo veían y que miraban a los cuatro puntos cardinales, la nariz que era el símbolo de unidad, el tercer ojo, la torre con los trece niveles del conocimiento, la corona o el parasol. Desde el aire representaba un mandala, el diagrama místico que mostraba el orden del universo. La afluencia de visitantes era escasa. El sol estaba despejado. Minutos después se intensificó el calor. Una leve brisa agitaba los banderines de oraciones y esparcía sus rezos hasta más allá de los límites del entorno religioso.