Antes de convertirse en la capital del imperio de
Akbar, Fatehpur Sikri era una pequeña población de canteros donde vivía el
santón sufí Shaikh Salim Chishti, conocido astrólogo. En 1568 se produce el
encuentro entre el santón y el emperador. Este carecía de descendencia
masculina-sus hijos varones habían muerto en la infancia-que asegurara la
estabilidad de su imperio. El santo vaticinó que un heredero nacería pronto,
como así ocurrió. También auguró el nacimiento de otros dos hijos varones. En agradecimiento
al cumplimiento de los augurios se puso al heredero Salim. Dos años más tarde
se trasladaría la capital a Sikri. Se dice que en honor al santo sufí.
Es extraño que se creara una nueva capital tan cerca de Agra. Quizá la razón del traslado de la capital fuera el deseo de aprovechar la situación estratégica en Rajastán de esta población para estar más cerca de su siguiente objetivo militar, la región de Gujarat, cuyas costas ofrecían el atractivo del lucrativo comercio con Arabia.
Desde Sikri se dirigieron los destinos de la India entre 1571 y 1585. Luego se convertiría en una ironía. La capital fue abandonada en 1586, quizá por sus carencias de agua y la imposibilidad de abastecerla. En 1582 el embarcadero junto al lago que abastecía de agua a la ciudad se reventó y causó un tremendo desastre matando a varias personas de la corte e inundando parte del recinto palaciego. Ello la dejó tocada de muerte. La ciudad ideal era derrotada. Otra versión apunta a que los nuevos objetivos militares, Kabul y Kandahar, hacían aconsejable el desplazamiento.
Desde su abandono, la ciudad fue utilizada esporádicamente. A principios del siglo XVII fue el hogar de algunas reinas madres. En 1709 albergó la coronación de Muhammad Shah. Renació cuando Lord Curzon, virrey de la India entre 1898 y 1905, se interesó por su estudio arqueológico y su restauración.
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