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Los saris son el color de la India 160 (2011). El baori de Abaneri II

 


Un grupo de jóvenes nos acompañó primero, nos siguió descaradamente, después, y nos puso nerviosos hasta el punto de que mi tío perdió los estribos y les gritó que se alejaran. No se inmutaron. Se rieron y continuaron como nuestras sombras.

El agua del fondo tenía un color verde poco salubre. Su escasez dejaba al descubierto casi toda la estructura. Decían que era tan profundo para evitar que una persona recuperara una moneda que cayera en su interior. Quizá porque esa moneda tuviera un carácter de óvolo. Si desde luego alguien se atrevía a lanzar una moneda, al estilo Fontana di Trevi, no creo que tuviera muchos adeptos la persecución de la misma. Otra vez se apreciaba un tono mítico y probablemente protector.


En torno al pozo discurría una galería cubierta que formaba como un claustro abierto. Detrás de sus arcos se almacenaban montones de piezas de piedra con tallas de una gran calidad. Posiblemente adornaban el templo y el palacio. Era el museo al aire libre del complejo. Como la construcción principal se hundía en varios niveles dedujimos que de ellos se habían sacado.

A unos 100 metros se encontraba el templo dedicado a Harshat Mata, del siglo X. Era cuadrado y protegido por un muro almenado, lo que le daba cierto aspecto militar. Asomaban por encima tres cúpulas, la del pórtico, la de la mandapa y la del santuario. También aquí había piezas de piedra de gran calidad alineadas en el suelo.


Las columnas de la mandapa estaban talladas con motivos geométricos, florales y figurativos. En el interior, Nandi, la cabalgadura de Shiva, observaba un lingam negro cubierto parcialmente por hojas de plata. Una varilla de incienso se consumía lentamente y las flores que habían esparcido daban frescura.


Rodeamos el templo y continuamos asombrándonos con las escenas cortesanas que lo adornaban. Alguna vez todo el templo estuvo recubierto por ellas. Se conservaban bastante bien. Estaban numeradas, lo que hacía pensar en un trabajo de reconstrucción reciente. El interior también guardaba algunas joyas con frisos de escenas de dioses. La imagen de la diosa estaba ricamente vestida. Su cara era bastante terrenal.

 

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