Pero no todo era riqueza en la India. Los trabajadores
sufrían en ocasiones condiciones de trabajo bastante duras y ello daba lugar a
huelgas y manifestaciones. Aproximadamente un mes antes de nuestra estancia, en
el número de 4 de julio de 2011 de la revista Outlook, un artículo de Arindam
Mukherjee comentaba la huelga de la compañía de automoción Maruti. Se había prolongado
por 13 días y era un toque de atención al sector.
La huelga nació no por una reivindicación de subida salarial o por una mejora de condiciones laborales. La causa fue la negativa de la dirección de la empresa a la creación de un nuevo sindicato. Las direcciones de las grandes empresas no querían que hubiera sindicatos. Instaban a los trabajadores a que se afiliaran a sindicatos afines.
Las instancias gubernamentales no tenían intención de introducir reformas laborales ni en controlar el cumplimiento de los derechos de los trabajadores, de ahí la importancia de los sindicatos, los únicos interesados en fortalecer la posición de los asalariados.
El número de huelgas había descendido considerablemente. En el periodo 2004-2005 fueron 250, mientras que, últimamente, se habían reducido a 100. Se podría argumentar que una mejor gestión de recursos humanos estaba tras este descenso. Sin embargo, la precarización era el argumento más consistente. Las empresas contrataban trabajadores pero no los incorporaban a sus plantillas. Estos contratos temporales llegaban al 50% en las grandes empresas. Los temporales carecían de derechos, como el de filiación a un sindicato.
En un estudio de The Economist se reseñaba que el cuerpo legislativo laboral era farragoso. Era difícil conocer la regulación. Era particularmente complicada en cuanto a la extinción de contratos y el cierre de un establecimiento industrial. Muchas leyes laborales sólo se aplicaban en sectores organizados, lo que excluía la agricultura, la construcción y lo que denominaba small scale sector. El salario mínimo en noviembre de 2009 era de 100 rupias al día. Por otra parte, los datos sobre trabajo infantil eran escalofriantes. Oficialmente, en 2001, estaban censados 12.600.000 niños trabajadores. Extraoficialmente, se calculaba que en 2010 ascendía a 60 millones. Se prohibía el trabajo infantil en ciertos sectores y se permitía en otros.
Una opción para salir de la pobreza o del sistema era la emigración. En la revista Newsweek de 1-8 de agosto de 2011 se publicó el artículo India conquers the world. Estaba entre el amasijo de notas y papeles que me confiara mi tío. Resaltaba el nuevo papel de India como una nueva fuerza global en los negocios y la cultura.
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