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Los saris son el color de la India 97 (2011). Príncipes: demonios y virtudes.


 

“Con sus demonios y virtudes, los príncipes dieron estabilidad, paz y contento a la gente. Hubo buenos y malos príncipes, pero me gustaría recordar a los críticos que hicieron tanto por publicar sus demonios y suprimieron sus virtudes, que muchos de ellos representaron las mejores cualidades de los mandatarios y de la humanidad-su imparcialidad, sentido del fair play, administración de justicia por el mismo rasero, su verdad y gran moral fueron ejemplares. Fueron mecenas de las artes, la música y el saber. Muchos fueron buenos jinetes, deportistas y amantes de los bosques. Algunos fueron profundamente religiosos y respetuosos de dios y la gente les adoraba y veneraba. India es más pobre sin ellos".

Eran palabras del maharawal de Dungarpur recogidas en Lives of the indian princes (la traducción es mía). Y, no le faltaba razón a la vista de lo que pudimos comprobar en el viaje. Si el significado original de la palabra sánscrita rajá era tanto "el que gobierna", como "aquel cuyo deber es dar satisfacción", los ejemplos de buenos príncipes que cumplieron ese deber abundaron. Los príncipes se preocuparon de su pueblo y fueron los responsables de la modernización de sus estados.



Pero también es cierto que se convirtieron en un elemento del pasado, caduco y observado con recelo. El advenimiento de los ingleses supuso un profundo cambio en los príncipes. Muchos de ellos se desentendieron de los asuntos de estado y confiaron los mismos a un ministro mientras ellos se dedicaban a una vida de ocio. Se rompía la relación padre-hijo que había caracterizado hasta ese momento la relación con los súbditos. Y se entregaron a competir entre ellos por ser el más extravagante, el que tenía el palacio más grande, el que poseía más coches o un mayor harén.

El tiempo les dará su lugar en la historia, como afirmaba el maharajá de Kapurtala, Sukhjit Singh:

Toda nación pasa un periodo de autoexamen. Cuando el pasado regresa, ciertos valores son de repente recuperados y la gente encuentra que lo que les da seguridad está en facetas del pasado. Pienso que en su momento la historia aceptará el papel que jugaron los príncipes en la escena india.

 La fuente de estas palabras es, nuevamente, Lives of the indian princes. Hacia esa realidad nos encaminamos aquella mañana. El fuerte Mehrengarh nos esperaba con su historia.

 

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