Ranakpur distaba
En aquel momento éramos más los viajeros y curiosos que los devotos. La segunda puja o ceremonia del día, de las tres que son habituales en el ritual jainista, se había celebrado y se abrían los templos al público. Era una visita ineludible para los que viajábamos de Jodhpur a Udaipur. Ranakpur guardaba la que posiblemente era la obra maestra de la arquitectura jainista, su culminación. La combinación de formas arquitectónicas y esculturas dentro y fuera del templo de Adinatha lo convertía en algo único.
Empezamos la visita por un templo más pequeño e igualmente interesante. La guía hablaba de los templos dedicados a Neminath y a Parasnath, vigésimo segundo y vigésimo tercer tirthankaras. Cuando revisamos la guía arqueológica comprobamos que Neminath se representaba en mármol negro y, efectivamente, encontramos su representación en uno de los santuarios. El segundo templo se adjudicaba a Suparshvanatha, el séptimo tirthankara, y se daba como referencia de identificación ciertas estatuas eróticas, que encontramos en el lado izquierdo de este templo. El que cuidaba de nuestros zapatos lo denominó Kamasutra temple. Quizá no haya que darle muchas vueltas y disfrutar con las imágenes. La mandapa era moderna.
Había que caminar con cuidado. Nos habíamos descalzado y llevábamos los calcetines de los templos, considerablemente sucios a estas alturas del viaje. Los suelos mojados los empaparon y se convirtieron en eficaces instrumentos para el patinaje.
0 comments:
Publicar un comentario