Shiva, el destructor, es una de las tres divinidades
de la Trimurti o trinidad hinduista, junto con Brahma y Vishnú, el creador y el
conservador, respectivamente. Es poderoso y es la fuerza en cualquiera de sus aspectos.
Es el señor del yoga. Su nombre significa auspicioso. Su cuerpo se representaba
cubierto de cenizas, azul y grisáceo. Un tercer ojo simbolizaba la sabiduría. En
la entrada aparecía un tridente dibujado, uno de sus símbolos.
"Una luna en cuarto creciente situada sobre su frente representa la división del tiempo en meses, una serpiente alrededor del cuello, la división en años y un collar de calaveras, la sucesiva extinción y generación de las razas de la humanidad", leí en Wikipedia. También sostiene un pequeño tambor con forma de reloj de arena. Acapara 1008 nombres y formas. Como Nataraja es el ejecutor de la danza cósmica de la furia o tandava.
El brahmin que atendía el cuidado del templo era bastante joven. Su ropa estaba colgada en el interior. Nos explicó el ritual de la entrada al templo, cuáles eran sus funciones, algunas curiosidades. Depositamos una donación, rodeamos la cabecera, nos enfrentamos a los murciélagos del fondo y observamos las demás construcciones desde sus ventanas.
Otro quiosco suscitaba la curiosidad de los visitantes. Era un privilegiado mirador y lo amenizaba un músico con un instrumento de cuerda que tocaba con un arco. Era como un laúd, más grande. El interior de su cúpula estaba adornado con imágenes de los dioses principales y sus consortes. Quizá en otro tiempo otros edificios estuvieron tan ricamente decorados.
Unas señoras vestidas con saris de bellos colores contemplaban el lago, a los turistas y a los peces que se arremolinaban sobre el alimento que había lanzado un guía.
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