Los saris son el color de la India 35 (2011). Un poco de economía.

Esa inmensa masa humana se comunicaba en 4.000 lenguas y dialectos. El hindi, el inglés y otras 17 lenguas regionales estaban reconocidas en la constitución. El inglés era el gran legado del Imperio Británico. Por eso, no era de extrañar que, en muchos casos, se comunicaran entre ellos en este idioma que era su lengua común. Hasta ahora, nos había servido relativamente para entendernos. Saber inglés era un componente adicional para acceder a un buen trabajo.

Desde hacía más de una década, España mostraba un interés especial por India. Era consciente de su progresión como país emergente con un potencial tremendo. Aunque en 2006 la distribución de su PIB aún mostraba que le quedaba un largo camino. El sector primario generaba el 17,5%; el industrial, el 27,9%; y los servicios el 54,6%. En 2005, no obstante, era el primer exportador de software y servicios informáticos, el primer país por número de ingenieros cualificados y el tercero con mayor reserva de mano de obra tecnológica. Era uno de los cinco países con mayor potencial para la inversión extranjera.

Mientras despertaba y despegaba, su balanza comercial, en 2006, era negativa. Sus importaciones eran de 225.473 millones de dólares por 144.426 millones de dólares en exportaciones. Sus principales proveedores eran China (7,3%), Estados Unidos (6,5%), Alemania (5,2%) y Singapur (4,8%). Importaba petróleo crudo y refinado (aunque exportaba productos petrolíferos), maquinaria (aunque exportaba productos eléctricos, que también era su tercer producto de importación), oro y plata (exportaba piedras preciosas y joyas) y productos químicos. Exportaba, además, textil, ropa y productos agrícolas. Sus clientes principales eran Estados Unidos (19%), Emiratos Árabes (9,4%, donde viven más de un millón de indios), China (8,4%) y Gran Bretaña (4,9%).

La balanza comercial con España también era negativa para la India. Las inversiones españolas en aquel país eran muy superiores a las que se realizaban en sentido contrario. Habían crecido espectacularmente en los últimos cinco años. Aún así, seguían siendo pequeñas.