Aconsejó que hiciéramos una breve parada en
los jardines Lodi. El parque albergaba las tumbas de los sultanes de la quinta
dinastía del Sultanato de Delhi, los Lodis. Las tumbas estaban salteadas en el verdor
de un espacio acogedor. Hasta aquí se acercaban los lugareños para pasear,
hacer deporte o solazarse tranquilamente. Nuevamente un espacio funerario
sorprendente.
Las tumbas eran buenos ejemplos de tumbas afganas, según había leído. Las cúpulas se apoyaban sobre estructuras cuadradas.
Sólo alcanzamos una de las tumbas, Bara Gumbad. Era un pequeño conjunto con una mezquita. El interior no decía nada, pero su arquitectura era atractiva. Bajar hasta el estanque o visitar el parque nacional de bonsáis hubiera puesto en peligro nuestro itinerario.
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