Los tesoros de Siena son
abrumadores. Las calles que quedan a ambos lados de nuestro trayecto podrían
conformar una aldea artística de primer orden. Esa transición hacia el centro
es impresionante.
Una iglesia de ladrillo se
filtra por un callejón. Es San Giovannino della Staffa, el oratorio
renacentista del contrade del leocorno, el unicornio, uno de los diecisiete
barrios históricos de la ciudad que participan en el Palio. Hasta la fuente
muestra las cabezas de estos seres mitológicos. Algo más lejos, San Jorge, la
iglesia fundada por los mercenarios alemanes para celebrar la victoria de Montaperti.
Desviándose un poco a la derecha, el oratorio de la Santísima Trinidad y, a
nuestro paso, la iglesia renacentista del Espíritu Santo con su capilla de los Españoles,
con frescos de Il Sodoma. No olvides visitar el claustro. Los españoles
dominaron Siena de 1532 a 1552. En esta última fecha la ocupación de Carlos V
provocó una revuelta. En 1559 regresaron los Medici, aliados de los españoles. La
archicofradía de la Misericordia y la iglesia de San Jerónimo andan cerca.
Paralela a via Pantaneto, via del
Porrione y via San Martino y hacia el
valle, un conjunto de callejones, de viccolos,
que se adaptan a la cuesta. Los recorrimos anoche y en la penumbra son
enormemente atractivos.
En el mapa encuentras cruces por
todas partes, iglesias a granel. Intentar identificarlas, como los palacios,
sería de locos, crearía angustia y no produciría ningún placer. Es preferible
gozar del conjunto.
0 comments:
Publicar un comentario