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Dos peregrinos en tiempo de pandemia 74 (Camino Inglés). La acreditación del peregrino.

 


La Compostela se obtiene en la Casa del Peregrino, bajando por la calle Reyes Católicos y torciendo a la derecha. Suponíamos que iba a ser un trámite rápido. Sin embargo, nos encontramos con una cola considerable. Nos pusimos en ella, dejé a Jose y me acerqué a la puerta para preguntar. El de seguridad iba dando números a las mesnadas de caminantes. Una chica comentó que ya no daban números para ese día y que los que entregaban eran para el siguiente a las 10.30, lo cual no nos solucionaba nada ya que salíamos hacia Ferrol a las 9.30.

Jose hizo una nueva gestión y hablamos con los que hacían cola. Yo me hubiera marchado, pero Jose insistió en que esperáramos unos minutos. Y acertó plenamente. Al final, nos dieron número y fuimos los penúltimos en gozar de la suerte de entrar y obtener la certificación que nos acreditaba. El sistema me pareció bastante deficiente ya que sólo había una persona para sellar las cartillas y expedir los diplomas. No parece que se tenga en consideración la ilusión de tanta gente que esperaba de pie bajo la lluvia con los pies destrozados y un gran cansancio.

Ya éramos “peregrinos con papeles”, ya podíamos vanagloriarnos de nuestra pequeña hazaña. Era un pequeño empujón a nuestra alma cautiva por ese espíritu del caminante que busca un sentido y que ha avanzado hacia él por la fuerza de sus convicciones. Nos habíamos ganado un premio.

Javier nos había animado a tomar un café en el Hostal de los Reyes Católicos, el parador de cinco estrellas que simboliza el lujo de Santiago. Allá que nos fuimos para cumplir sus deseos. Es curioso que, en 1.999, año santo que compartí con mi hermana, mi cuñado y mis sobrinos, también nos premiamos con una visita a esta joya gallega. Nos asomamos al patio y nos sentamos en la cafetería a descansar un rato. El café nos supo a gloria, quizá mezcla de la del pórtico y la del que finaliza el camino. Observamos a las familias, al camarero que atendía a los clientes con diligencia, a los niños satisfechos, a las parejas que intercambiaban confidencias. Ritual cumplido.

Tuvimos tiempo para dar un paseo y hacer algunas compras. Nos refugiamos en el hotel y descansamos un rato antes de salir a cenar.

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