Como en tardes anteriores, la
siesta fue una etapa sagrada antes de salir a dar un paseo por Sigüeiro. No
había monumentos que visitar, pero la población era agradable. Mientras
terminaba de preparase Jose me entretuve viendo los diversos carteles y adornos
de la habitación. Uno recogía un poema de Valle-Inclán:
Esta
emoción es de la infancia
cuando
el camino andamos
todo se
disuelve en fragancia
de un
peregrino andante.
Por los
caminos de los desvalidos
el polvo
quema sus llagas rojas
sus
oraciones son congojas
van
entre el polvo como las hojas
van por
caminos de sementeras.
COMO
CHOVE MUIDIÑO
COMO
MUIDIÑO CHOVE
O PASAR
PO LO CAMIÑO
O SEU
PASO POR SIGÜEIRO.
Si don Ramón María se había
fijado en esta población y la había incluido en un poema es que merecía un
paseo.
Lo más reseñable de Sigüeiro era
su puente medieval de los siglos XI, XII y XIV. El puente por el que habíamos
entrado, también sobre el Tambre, era el Ponte Ulloa no Carboeiro. Nos
acercamos siguiendo los indicadores del Camino y que al día siguiente
conducirían nuestros pasos. El Tambre constituía uno de los límites naturales
del antiguo Señorío de Santiago de Compostela regido por el obispo y, desde
Gelmírez (siglo XII), por el arzobispo. El límite sur era el río Ulla, al este
el Iso, afluente del anterior, y por el oeste el mar.
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