Fue iniciado en 1893, por lo que
el germen de su construcción fue anterior al mencionado viaje de 1899. Se
inauguró en 1914, después de la muerte de Jesús. Al morir Juan, su promotor, en
1933, entró en declive, se abandonó la expansión e incluso se dice que fue
parte del campo de concentración franquista que hubo en la población. En su día
se cobraba una entrada en la Casa Taquilla para financiar el mantenimiento del
parque y del asilo que fundaron los hermanos.
Dos leones, que reproducían los de
la tumba del Papa Clemente XIII en el Vaticano, eran el primer emblema con el
que se encontraba el visitante. En la actualidad estaban en Covadonga. Después,
se accedía a un mundo mágico e iniciático, al Estanque del Retiro, a grutas y
cuevas, a los murales policromados de los medios de comunicación, a un sinfín
de elementos de fuerte significado simbólico que impresionaban y siguen impresionando
al visitante. A pesar de que aquello se utilizó como explotación agraria o
incluso como escombrera. Los herederos de los hermanos trataron de obtener
algún ingreso. A ellos no debió captarles aquella magia.
En 1980 se solicitó su
declaración como conjunto histórico-artístico, pero el ayuntamiento no se
pronunció y se archivó el expediente. En 1986 lo adquirió el consistorio. Se
derribaron dos edificios para construir un aparcamiento y varias edificaciones.
Sobre el Estanque de los Papas se construyó el campo de fútbol.
En otro país se hubiera mimado
aquella joya. En su momento, apareció en las guías de la época, lo cual da una
idea del gran valor que tuvo. Pero la especulación y la desidia lo marginaron.
Esperemos que lo que queda se conserve con cariño. Lástima.
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