En el año de Nuestro Señor de
2020, el año de la pandemia, el año del confinamiento, el año de la nueva
normalidad.
Al mes de agosto, mes de las
vacaciones por antonomasia, de viajes y aventuras.
En la compañía de mi sobrino
Jose, al que dedico este texto.
Por tierras de Galicia, para
completar el denominado Camino Inglés, de Ferrol a Compostela.
Con el ánimo de relatar esa
peregrinación y viaje iniciático para transformar nuestras personas, esperando
que sea a mejor, y para bien de la sociedad, con la mente abierta, el espíritu
dialogante y los pies y piernas movidos por la ilusión tanto como por nuestro
buen estado físico, a todo aquel que puede interesar esta experiencia, me
dispongo a narrar lo acontecido, los lugares, la historia y sus personajes, los
significados de lo que se nos ofreció en nuestro avance, con el deseo de que
resulte útil y ameno.
Por todo ello… y por algún
aspecto más, que no hay que descubrir todo en las primeras líneas.
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