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El blanco y tenue sortilegio del sol japonés 116. Nara X-El templo Gangoji.

 


Fuimos buscando el templo Gangoji, otro de los clasificados como patrimonio de la Humanidad. Realmente, el barrio ocupaba los terrenos del antiguo templo. Algunos carteles informaban del lugar donde estuvieron distintas estancias del mismo.

Infiltrarse por las calles era un placer. No nos importó perdernos por el entramado y preguntar en varias ocasiones para localizar Gangoji. Eso nos llevó a entrar en una tienda de recuerdos y antigüedades donde compramos kimonos, muñecas y otros regalos para la familia y los amigos.



En algunas casas colgaba un muñeco rojo, el Migawarizaru, el mono de la buena suerte que impedía la entrada del demonio y de los espíritus malignos.

El tamaño del templo Gangoji se había reducido considerablemente a lo largo de los años, como ya habíamos comprobado en otros grandes templos del siglo VIII. Este fue fundado inicialmente en el siglo VI por Soga-no-Umako en la cercana Asuka. El clan Soga había luchado contra los que consideraban el budismo una herejía que había entrado de la mano del rey de Paekche, en Corea, allá por el siglo VI, exaltando las bondades de esta religión para proteger al estado de sus enemigos militares y de las catástrofes naturales. Éste rey mandó artesanos para la construcción de este templo.

En 718, poco después del traslado de la capital a Nara, se trasladó el templo a su emplazamiento actual. Fue uno de los siete templos principales de la ciudad. En Asuka quedó el Gran Buda. Era de la secta Shingon-Risshu.

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