La sencilla decoración del
interior se trasladaba a una combinación de lo antiguo con un cucharón de bambú
nuevo y un mantel de tela inmaculado. Ningún color o dibujo se repetían.
"Ningún color venía a turbar la tonalidad de la estancia-afirmaba Okakura
Kakuzo-; ningún ruido destruía el ritmo de las cosas, ningún gesto alteraba la
armonía; ninguna palabra rompía la unidad de los alrededores; todos los
movimientos se realizaban sencillamente, naturalmente".
"La
marmita -continuaba Okakura Kakuzo- canta bien porque se ha tenido cuidado de
colocar en su fondo trozos de metal que produzcan esa armonía particular cuyos
ecos parecen los de una tempestad lejana, apagados por las nubes, los de una
catarata o los de un remoto mar, que se rompen contra las rocas, los de un
chubasco que barre un bosquecillo de cañas, o los suspiros de los pinos en el
vértice de una colina remota".
Disfrutaban en silencio de los
movimientos del anfitrión mientras preparaba el té con gestos tan intencionados
como los de un actor de nõ. Después
de haber bebido el té podían conversar. La acción más insignificante se
realizaba con absoluta perfección. No era extraño que los taoístas consideraran
el té como un componente importante del elixir de la inmortalidad.
El ritual se trasladaba de forma
secreta, mediante la práctica, tan sólo para los elegidos:
“Muchas
formas de arte japonés: ceremonia del té, Ikebana, ceremonia del perfume,
caligrafía, pintura, artes marciales, etc, no han tenido documentación alguna
hasta hace poco. Su aprendizaje y transmisión se basaba enteramente en la
práctica de las mismas, imitando lo que uno ve y experimenta y comprobándolo en
presencia del maestro. Existe la palabra hiden,
que significa transmisión secreta. Es decir, que los elementos importantes
artísticos no deben estar al alcance de nadie más que de los elegidos de la
tradición artística de la familia".
"Las
escuelas de artes en general se formaban alrededor de familias que se dedicaban
de generación en generación a su conservación y transmisión. Un ejemplo son las
escuelas de teatro nõ y kabuki cuyos
papeles son hereditarios, esto es, si el padre es actor de ciertas
características, el hijo se educaría para que de mayor le sucediera. En muchas
ocasiones, la transferencia de las técnicas del arte son secretas".[1]
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