El té era algo más que una
bebida en Japón. Incluso, que una medicina, como fue originariamente. En torno
al té giraba una filosofía, un ritual, algo que daba sentido a la vida, una
auténtica religión vinculada con la estética. Como dijera Okakura Kakuzo:
"el té llega a ser entre nosotros nada menos que una idealización de la
forma de beber: una religión del arte de la vida".[1]
En jardines y templos habíamos
contemplado sencillas casas de té. Nos habíamos asomado a su interior con la
curiosidad de quien se asoma a un lugar donde se celebran rituales secretos.
Vacíos, sin actividad, no llamaban la atención del visitante. Su sencillez
estaba asociada con la secta zen, que había propagado su ceremonia.
"Esta
bebida -escribió Okakura Kakuzo- se constituyó en un motivo para el culto de la
pureza y el refinamiento, en una función sagrada en la que el huésped y su
invitado se unen para realizar en esta ocasión la más alta placidez de la vida
mundana".
La cámara del té, denominada sukiya, era también denominada la casa
de la fantasía, la casa del vacío o la mansión de la aritmética. Era el asilo a
un impulso poético. La cámara carecía de ornamentación y aparecía como
inacabada para que los juegos de la imaginación la concluyeran conforme al
gusto de cada cual. Era de una pobreza refinada. Inicialmente, fue una parte de
un salón limitada por biombos. Para la ceremonia se imponía un máximo de cinco
personas, más que las gracias y menos que las musas.
En una antecámara se lavaban y
preparaban los utensilios; en un pórtico, esperaban los convidados. Un pasillo
unía el pórtico con la cámara. El pasillo respiraba algo simbólico: romper con
el mundo exterior. Era como el primer paso a la meditación y la autoiluminación.
Los comensales se deslizaban
hacia el interior por una pequeña puerta no más grande que una ventana, como
gesto de humildad. Entraban por el orden que hubieran acordado en el pórtico.
El maestro entraba el último, cuando reinaba la tranquilidad. Todos acudían
vestidos de colores discretos que armonizaran con la luz tamizada.
0 comments:
Publicar un comentario