Tokio Station era otra de las
macro estaciones de la ciudad. En los días posteriores la transitamos en varias
ocasiones, en su salsa, repleta de gente en movimiento. Era uno de los nudos
ferroviarios esenciales y funcionaba como una estación central.
Inaugurada en 1914, tomó como
modelo la estación central de Ámsterdam. La primitiva estación en ladrillo rojo
y estilo renacentista aún perduraba con su cúpula y su ambiente de otro tiempo.
A ella se habían incorporado varios andenes y un complejo de tiendas y
restaurantes.
Entre la estación y el Palacio Imperial
se encontraba Marunouchi, el distrito financiero. Su nombre se traducía como
"en el círculo", por estar en el ámbito del foso exterior del antiguo
castillo de Edo. Realmente, era una antigua ensenada de la bahía de Tokio que
fue rellenada con posterioridad a que el Shogunato
de los Tokugawa (siglos XVII al XIX) se estableciera en el castillo. En los
terrenos construyeron sus mansiones los daimios
o señores. Los Tokugawa les impusieron la obligación de residir años alternos
en Edo y en sus feudos. Cuando regresaban a sus dominios dejaban a sus esposas
e hijos como rehenes. Era lo que se denominaba asistencia alternada (sankin kotai).[1]
La zona también fue conocida por
los campos de Mitsubishi, que promovió la construcción en la zona tras la
compra de los terrenos por el hermano del fundador de la compañía. Varias
empresas del grupo mantenían su sede en el barrio, como varios bancos,
compañías de seguros y multinacionales. Decían que las empresas de Marunouchi
generaban una cuarta parte del PIB del país.
Por eso, no era de extrañar
caminar por las calles repletas de rascacielos que en día laborable acogían a
una tropa de oficinistas y directivos agresivos. Más al sur se encontraban
varios ministerios y la Dieta, el parlamento nipón. Una concentración de poder
político y económico impresionante.
0 comments:
Publicar un comentario