Mi amigo Raúl, un excelente
esquiador, nos ha enviado un vídeo tan original como espectacular. Un esquiador
demuestra su pericia descendiendo por dunas del desierto, montañas peladas de
vegetación, la falda de un volcán, un lugar que identifico con Islandia, la Gran
Muralla China, una platanera, un palmeral o unas olas que serían la envidia de
un surfista profesional. Pero lo mejor es el mensaje del final: All conditions are perfect conditions. Todas
las situaciones son situaciones perfectas. Cortesía de Audi. En el refranero
español, a mal tiempo, buena cara.
El mal tiempo es evidente. La
buena cara ha sido el reencuentro con dos pasiones que mantenía algo olvidadas:
la poesía y mis antiguos discos.
Llevaba tiempo buscando la reconciliación
con la poesía, marginada en mis lecturas en los últimos tiempos. Requería una
concentración de la que carecía. Quien ha obrado el desbloqueo es el poeta de
la Generación del 50 Claudio Rodríguez. Su antología llevaba bastante tiempo
perdida en mis estanterías. La rescaté hace unos días con las primeras noticias
del coronavirus. Sumergido en sus versos he vuelto a activar esa parte de mi
espíritu que requería lo lírico.
El jueves, cuando se vaticinaba
la situación actual, aunque aún no se había dictado el decreto del estado de
alarma y se podía circular, fui a recoger mi antigua pletina Pioneer (casi
cincuentona) que había tomado la fea costumbre de comerse las cintas. ¿Aún
escuchas casetes en la era de Spotify? Por supuesto. Conservo unas doscientas
cincuenta con algunas joyas que son imposibles de encontrar. Es la música de mi
juventud. Y de tiempos posteriores.
Sin duda, la mejor es una
titulada “carrozadas”, con una cara de lentas y otra de “algo más animadas”. En
ella ya grabé los singles y vinilos
de mi hermana. Temía que pudieran deteriorarse aún más. Hay música de Enrique
Guzmán, Paul Anka, Los Top-Son, Petula Clark, Los Marcellos Ferial (¿quiénes
son estos tíos?) el Dúo Dinámico (que repite varias veces), Hervé Villard,
Cliff Richard, Chubby Checker, Michel Polnareff, The Sandpipers, Nancy Sinatra
y Elvis Presley. El disco de este último es de 1961, anterior a mi nacimiento.
Por supuesto, me he puesto a
bailar como un loco y a cantar sus melodías. Ventajas de que no me vea nadie.
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