El día amaneció soleado, el
cielo limpio, sin una nube. Nuestro objetivo era la cascada Glymur, la más alta
de Islandia, de 198 metros. Para alcanzarla fuimos bordeando la costa norte de
Hvalfjördur.
El paisaje era de una gran
belleza. El brazo de mar se introducía profundamente en el interior limitado
por las montañas que parecían haber sido afeitadas hasta la cumbre. En la zona
inferior abundaban los árboles, quizás coníferas. El mar estaba en calma.
En los campos de tonos claros
pastaban ovejas y caballos. Los caballos permanecían ajenos a nuestro paso, más
hacia el interior. Las ovejas parecían más aficionadas a permanecer cerca de la
carretera. A veces, tocaba el claxon y salían despavoridas, pero en una ocasión
un grupo se metió en la calzada y se puso a correr en una cabalgada
extravagante. No tenían intención de salir de la carretera. Reduje la velocidad
para evitar algún susto y Jose captó esa imagen de los traseros lanudos de las
ovejas en su huida mientras nos reíamos sin cesar.
Poco después alcanzamos una zona
con varios depósitos de combustible y unos muelles bastante grandes en forma de
T. Nuestra duda era si estaban aún en uso. Esta fue la zona donde los Aliados
instalaron una base naval que daba servicio a buques y submarinos.
Hvammsvik fue un importante
depósito de municiones durante la Segunda Guerra Mundial, según leímos en un
panel informativo. Había también unas instalaciones de recreo para la marinería
de los buques mercantes en la isla Hvammsey. No se permitía a las tripulaciones
desembarcar al considerarse un puerto donde se podía fondear pero no era un
puerto de destino.
Los británicos construyeron una
batería antiaérea y unos barracones en Hvammshólar, que luego utilizaron los
americanos. La base naval británica estuvo en Hvitanes, con 250 edificios que
incluían almacenes, un hospital, tiendas, restaurantes e incluso un cine. Desde
aquí se realizaba el mantenimiento de las minas que protegían el lugar y de la
barrera antisubmarinos, se reparaban los navíos y se aprovisionaban.
La presencia de los Aliados
supuso un impulso a las infraestructuras de la zona. Construyeron carreteras,
una pequeña línea férrea, alumbrado de calles, abastecimiento de aguas,
alcantarillado. Estas obras eran desconocidas en Islandia, lo que supuso un
gran progreso. Hubo unos 25.000 británicos y unos 60.000 americanos. Emplearon
a muchos islandeses, lo que sirvió para paliar el paro. La elevación del nivel
de vida de los islandeses llevó también una mayor inflación, e incluso, un
sustancial encarecimiento de los alquileres. Subió el precio del pescado a la
exportación y las ganancias para el país.
Abandonamos la costa y
continuamos hacia el interior.
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