Cuenta la leyenda (que encontré
en el libro de Jón. R. Hjalmarsson) que un grupo de hombres de Sudarnes fueron
a cazar alcas a los arrecifes de Geirfuglasker, “la Roca del Alca Gigante”,
cerca de Reykjanes. Llegado el momento del regreso a tierra se dieron cuenta de
que faltaba un hombre. No obstante, el resto inició el regreso y le dieron por
muerto. Sin embargo, al año siguiente le encontraron sano y salvo en el mismo
lugar. Parece que durante aquel tiempo fue cuidado por los elfos, con los que
no se sentía feliz aquel hombre, que decidió regresar con el grupo. Antes, una
mujer elfa se acercó con un niño en brazos y le hizo prometer que le bautizaría
si ella lo acercaba hasta la iglesia.
Tiempo después, mientras se
celebraba misa en la iglesia de Hvalsnes, apareció en la puerta una cesta con
una nota que decía: “el hombre que es el padre de este niño se asegurará de que
sea bautizado”. El pastor le presionó para que reconociera al niño pero el
hombre lo rechazó. En ese momento apareció una mujer alta y robusta que le
lanzó una maldición: “te convertirás en la peor ballena malvada del mar y harás
naufragar muchos barcos”. Agarró la cesta y desapareció sin dejar rastro.
Aquel hombre enloqueció y se
arrojó al acantilado de Hólmsberg, entre Keflavik y Leira. Inmediatamente se
convirtió en la peor de las ballenas malvadas a la que dieron por nombre Cabeza
Roja por el gorro rojo que llevaba el desafortunado al lanzarse al mar.
Cabeza Roja hundió diecinueve
barcos entre Akranes y Seltjarnarnes y mató a muchos marinos. Con el tiempo, se
resguardó en el fiordo entre Akranes y Kjalarnes, que tomó el nombre de
Hvalfjördur, el Fiordo de la Ballena.
En la costa de ese fiordo vivía
un pastor viejo y ciego, aunque con poderes sobrenaturales. Tenía dos hijos y
una hija. Los hijos acudían a pescar con frecuencia al fiordo. Un día, se
encontraron con la ballena y ésta los ahogó. El pastor quedó totalmente
apesadumbrado.
Tiempo después, le pidió a su
hija que le llevara al fiordo, que no estaba lejos de la granja en que vivía.
Al llegar, tomó un palo y lo clavó cerca de la línea de la marea alta y le
preguntó a su hija qué veía, y ésta contestó que el mar estaba en calma. Poco
después, volvió a preguntarle y ella le contestó que una franja negra se
acercaba. Cuando estuvo a su altura, el pastor pidió a su hija que le condujera
hacia el interior, a lo largo de la costa. Aquella franja negra les siguió
hasta la cabecera del fiordo. Cuando éste se fue haciendo menos profundo la franja
se transformó en una enorme ballena. Al final del fiordo, donde desemboca el
río Botnsá, pasaron al lado oeste del río y empezaron a trepar por las
montañas. La enorme ballena les siguió con dificultad por el estrecho cauce.
Cuando alcanzó la quebrada donde el río se precipitaba en una espectacular
cascada, el espacio era tan pequeño que al trepar la ballena provocó como un
terremoto y las rocas emitieron un enorme rugido, de ahí que la cascada fuera
llamada Glymur, rugido. Las colinas sobre la cascada se bautizaron como las
“colinas sacudidas” (Skjálfandahedir).
No paró el pastor, que siguió
con resolución hasta el lago de donde fluía el río Botnsá, que desde entonces
fue llamado Hvalvatn, el Lago de la Ballena. La colina que se encuentra junto
al lago tomó el nombre de Hvalfell, la Colina de la Ballena.
El pastor condujo a Cabeza Roja
al lago. Jamás se supo de ella. El pastor y su hija regresaron y todos le
agradecieron su hazaña.
En el lago se han encontrado
huesos de ballena.
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