Nació en Hvann, al oeste de
Islandia, hacia el 1178-1179. Sus ascendientes dan la pauta de su doble
condición política y literaria. Su padre, Sturla Thórdalsson, fue un jefe de
clan protagonista de una saga. Su madre, Hundi Bödvardóttir, era descendiente
del famoso poeta (también protagonista de una saga, quizá escrita por el propio
Snorri) Egil Skalagrimsson. La riqueza y el poder le venían de familia.
La derrota de su padre a manos
de Jon Loftsson, el hombre más poderoso de Islandia en aquella época, sirvió
para que aquel que le había vencido se implicara en la educación de su hijo.
Era habitual confiar la educación temporal de un hijo a un pariente o vecino, a
cambio de reciprocidad. Le compensaba
así de su derrota. Le mandaron a la escuela del monasterio de Oddi, uno de los
grandes centros de saber de la isla. Contaba 3 años y permaneció en el monasterio
hasta los 20. Allí aprendió jurisprudencia, genealogía, poesía, historia y
latín.
En 1199 se casó con Herdis
Bersadóttir, de familia rica (era hija del rico propietario Bersi de Borg), lo
que le permitió encauzar sus proyectos y ambiciones. Con ella tuvo dos hijos,
Hallbera y Jon. Se casó una segunda vez y tuvo hijos con otras mujeres. Vivió
con Herdis hasta 1206, fecha en que se estableció en Reykholt, donde vivió
hasta que fue asesinado en 1241.
Entre 1215 y 1218 fue lögsogumudr,
recitador de la ley, un cargo de prestigio en el Althing, cargo que también
ocupó su padre. Volvió a ejercerlo entre 1222 y 1231. Al finalizar el primer
periodo viajó a Noruega para conocer el país que había estudiado en sus
lecturas en Oddi y entrar en contacto con el rey de Noruega Hákon Hákonarson,
que ambicionaba anexionar Islandia. El jarl o consejero principal del
rey, Skuli, sería su gran valedor ante la corte y el propio rey. Fruto de aquel
viaje fue su nombramiento como miembro destacado del séquito, como noble noruego,
lo que implicaba aceptar la sumisión como súbdito del rey. En reconocimiento de
su autoridad le cedió todos sus bienes, que el monarca le devolvió como regalo.
A cambio, se obligaba a que Islandia aceptara la soberanía de Noruega. En 1220
regresó a Islandia y envió a su hijo Jon como rehén a la corte noruega.
Un asunto de faldas, como
diríamos actualmente, marcó los acontecimientos posteriores. Al morir el jefe
Saemund Jonson en 1222, Snorri trató de casarse con su hija Solveig, pero su
sobrino Sturla Sighvatsson se le adelantó. Se juraron odio eterno (dramatizando
un poco, como sería en una saga) y ese odio se trasladó al campo político.
Como Snorri no demostraba
demasiada pasión por cumplir su promesa, el rey Hákon le encargó ese cometido a
su archienemigo Sturla, lo que provocó continuas luchas en el campo de batalla
que se intercalaron con frustradas negociaciones. Snorri perdió apoyos y se vio
obligado a refugiarse en el sur.
El rey Hákon convocó una reunión
de jefes islandeses en 1237 en Noruega, a donde se trasladó aquel verano
Snorri. Aun contaba con el apoyo del jarl Skuli pero el rey no le había
perdonado y jamás lo hizo. Al morir el jarl, el rey envió una carta a
Gissur Thorvaldsson para que llevara a Snorri, vivo o muerto, a Noruega.
1241 marcará su final. Muere su
segunda esposa, tiene problemas con el reparto de la herencia con sus
hijastros, se ve obligado a abandonar el Althing y Grissur aparecerá en
Reykholt para ejecutar las órdenes del rey Hákon. Setenta hombres acudieron
para prenderle y conducirle a Noruega, donde sería juzgado por traición. No
llegó a salir de allí ya que fue apuñalado en la bodega de su casa. Eran
tiempos de caos, de luchas entre clanes que degeneraron hacia una situación
insostenible que fue aprovechada tiempo después por el rey noruego Hákon para
que se aceptara su autoridad. Se disolvieron los órganos de gobierno y las
fuerzas vivas del país le juraron lealtad. Islandia perdía su independencia. En
1262 se firmó un acuerdo de confederación y en 1281 se impuso un nuevo código
legal, el Jónsbok.
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