Poco después de la salida del pueblo llamaba la atención una montaña alargada y estrecha, como una nave invertida o un gorro de brujo. El viajero puede encontrarle el parecido que estime conveniente y que sacie su sed de creatividad. Lo cierto es que no pasa desapercibida ya que ha sido calificada, con cierta razón, “la montaña más fotografiada de Islandia”. Aparece en la serie Juegos de tronos y en la película La vida secreta de Walter Mitty. Es Kirkjufell, la montaña iglesia.
De origen volcánico, quedaba exenta junto al mar, como queriendo mantener distancia de la cercana cadena de montañas. Su ascenso es peligroso, pero los que la han coronado afirman que ofrece espectaculares vistas. Muy cerca, se descuelgan varias cascadas, algunas simples hilillos de agua y otras más torrenciales, aunque más bajitas, como Kirkjufellfoss, con la que forma pareja en muchas imágenes.
En la falda de la montaña se abría una fisura por la que discurría el agua con fuerza. El lugar era una pradera empinada de un color verde amarillento, sin árboles ni matorral. Formaba una estampa hermosa desde la carretera. Aparcamos y caminamos hacia esos dos saltos de agua. Desde el puente que construyeron para pasar de un lado a otro observamos el pueblo, el crucero, las montañas y la ligera huella del hombre. Despuntaba el campanario de una iglesia. Todo estaba envuelto en esa fina gasa blanca que le dotaba de un carácter melancólico. Nos costó reanudar la marcha.
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