La siguiente parada la realizamos en Dimmuborgir, un lugar de extrañas formaciones de lava que se decía que conectaban la tierra con el infierno. Era, además, un lugar donde habitaban gnomos (jardvergar) y enanos (dvergar).
En un panel informativo leímos cómo se había formado el lugar hace 2300 años a consecuencia de una erupción originada en una fisura del terreno, algo normal al estar el lago Myvatn en la intersección de las placas tectónicas de América y Eurasia, las mismas que contemplamos en Thingvellir. Dimmuborgir era el resultado del vaciado de un lago de lava. Los pilares de lava eran una rareza geológica que habían bautizado como “castillos oscuros”.
El matorral había crecido entre las formaciones dando un efecto de jardín salvaje. Había que estar atentos por si asomaba algún ljúflingar, los pequeños seres que habitaban en los setos. Nos acercamos a una cueva donde se suponía que se guarecían los mágicos personajes. Los más famosos eran los Yule, trece hermanos que eran hijos de los troles Gryla y Leppaludi y que nos recordaron a personajes navideños tipo Papa Noel con sus largas barbas blancas y su aspecto simpático. Sus graciosos nombres estaban relacionados con la comida o sus intereses preferentes. En verano, se retiraban a descansar y dormir. Con el invierno, despertaban y empezaban a preparar las navidades.
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